sábado, 26 de octubre de 2013

MIS CRÓNICAS DE NY: 27 DE JUNIO MI PRIMERA TOMA DE CONTACTO CON LA CIUDAD

Venga hombre las 5 y los ojos como platos?, mira que había intentado cuadrar el vuelo para evitar lo más posible el jet lag, pero nada y entre eso y que allí amanece a esa hora (para los que os lo preguntéis no hay persianas y los estores no eran suficientes para los inmensos ventanales), yo parecía un búho, así que aprovechando la genial wifi (iba como un rayo) del apartamento contacte con familia y amigos con la sensación de que llevaba siglos fuera, a pesar de llevar sólo horas.
Bueno pues entre anunciar por las redes sociales mi llegada, hablar con la familia y amigos y remolonear un poco en la cama, se hizo una hora prudencial para levantarme y ponerme en marcha, hoy me iba con Liana, mi anfitriona, en metro hasta el centro, la noche anterior se prestó amablemente a acompañarme hasta la parada de su trabajo, creyendo que el metro sería un terreno muy hostil para mí, luego comprobó que me encanta el metro, el de NY, el de Madrid, vamos en general y que por muy complicado que lo quieran poner en NY, me defendí como una jabata.



Así que nos encaminamos al metro y saqué mi metrocard que te permite montar de manera ilimitada en metro y autobús para 7 días (también la hay de 30  días) y que me costó 30 $ más 1$ de comprar la propia tarjeta, éste dólar solo se desembolsa una vez ya que luego simplemente la recargas de dos formas mediante tiempo (7 o 30 días con viajes ilimitados como os digo) o mediante dinero (para tener saldo cada vez que efectúes un viaje, cada billete sencillo son 2,5$). De todas maneras aquí podéis encontrar toda la información completa.
Así que con la tarjeta mágica que me abría la posibilidad de coger metro y autobús a mi antojo, nos dirigimos al centro, la verdad es que estábamos al lado y tras 4 o cinco paradas nos plantamos en Fulton St, ella se fue a trabajar, creo que no sin cierta preocupación advirtiéndome que la llamase para cualquier cosa, y yo me quedé allí plantada en medio de una más que bulliciosa calle en hora punta entre una marea de gente y la inmensidad de los edificios que me rodeaban.
Mmmmmm…… ya estaba en Manhattan!!! y ahora que? Pues como me dicen los que me conocen tengo imán para las tiendas y fíjate por donde en frente mío sin buscarlo veo el cartel de uno de los outlets más famosos de NY, el Century 21, así que pasé, peeeeero tras una mínima vuelta por la planta baja, me dije a mi misma que no podía ser lo primero que hiciese a mi llegada, que ya habría tiempo para bucear entre lo que ofrecían, así que volví a salir a la calle y eché a andar hacia lo más alto que veía a mi alrededor y me planté en la Zona Cero, el edifico que veía es el One World Trade Center, actualmente el más alto de Nueva York, y que formará parte del complejo de edificios que están construyendo en torno a las piscinas en memoria de las torres gemelas.




Evidentemente para alguien que no había visto las torres gemelas no es tan impresionante ver el hueco como para alguien que sí, pero no dejas de tener esa sensación de sobrecogimiento imaginando lo que allí sucedió.
Así que tras un par de fotos seguí camino sin rumbo definido y aparecí en el ferry que lleva a Staten Island, si la memoria no me engañaba recordaba que durante el trayecto se veía la estatua de la libertad y además era gratis así que me dije ¿por qué no?, por algún lado he de empezar. Entre en el edificio y la ventaja de ir sola me permitió irme metiendo entre el tumulto de gente que esperaba hasta uno de los primeros puestos, luego pude comprobar que el ferry es muy grande y nadie se quedó en tierra.



Cuando el ferry se puso en marcha no sabía ni a donde mirar, si al skyline de Manhattan desde otro ángulo diferente al de anoche o a la estatua de la libertad que aún estaba lejos pero que se acercaba cada vez más, hacía calor pero había como calima y no se veía con excesiva nitidez.


No sé si vosotros pero yo siempre había oído que, ¿para que pagar por ir a la estatua de la libertad si desde éste ferry se podía ver gratis?, pues…..¿qué queréis que os diga?, yo a mitad de mi estancia fui a la isla y no tiene nada que ver, pero eso ya os lo contaré. Pero bueno ni la calima, ni que no estuviésemos tan cerca como yo pensaba, le restó ni un ápice de emoción al hecho de poder contemplar tan significativo símbolo y otra vez que me dio la emoción tonta…..



Un vez en Staten Island tampoco tenía controlado si merecía la pena ver algo, así que con las mismas hice lo que el 80% de la gente que iba en el ferry y me di la vuelta para volver a Manhattan.
Y volví a encontrarme en la zona de Battery park, justo al sur de Manhattan, así que eché a andar de nuevo hacia donde los pies me llevasen, y me llevaron por la zona financiera y la calle Wall Street, en esta ciudad todo te suena, a esa temprana hora ya había visto el edificio más alto de Manhattan, había estado en Staten Island visto la estatua de la libertad y había recorrido Wall Street, en incluso había visto ya un Tiffany´s, callejeando por la zona encontré algo muy curioso y es que en un madrileños por el mundo hablaban de unos sitios de pizza en los que la porción costaba 0.99$, recordaba perfectamente el establecimiento y apareció allí delante mío así que no desaproveche la ocasión de juzgar por mí misma y entré, la porción que ofrecen a ese precio más impuestos (unos 1.15$) es la de queso y me supo deliciosa la verdad,  más avanzada la estancia probé otras con más ingredientes y sin duda me sigo quedando con las de queso solamente.



Así que calmado mi estómago, que pedía a gritos comer,  ya que hasta el momento queriendo empezar de manera sana y poco calórica mi estancia únicamente había ingerido una manzana y un agua vitaminada, continué camino dirección el Uptown.
Respecto al Uptown, como el día de hoy va a resultar largo, en uno de los días en las que la entrada sea más corta os explicaré lo fácil que es moverse y orientarse en NY.
Bueno pues vi en mi utilísimo mapa de mi agenda Moleskine de NY, regalo de mi querida LU (ya os explicaré estas agendas que son una pasada), que hasta la quinta avenida quedaba bastante, pero ni se me ocurría coger transporte público, impensable perderme los millones de cosas que asaltaban mis ojos paseando por Manhattan, por lo que andando por Brodway Av. crucé la zona de Chinatown, dejando a la izquierda Tribeca, el Soho y Greenwich village y a la derecha el Lower east side y el East village, llegando así al Midtown y plantándome en la quinta avenida, así que cambié Brodway por la Quinta y continúe por ella hasta el Flatiron district donde apareció otro de los emblemas de la ciudad y que se convertiría en uno de mis lugares favoritos, el edificio Flatiron, considerado el primer rascacielos, que se alzaba imponente ante mi, dejándome como tantas veces ya en ese día con la boca abierta.




Cualquiera que conozca Manhattan ya puede saber a la vista de lo expuesto que llevaba un buen paseo, pero la inmensidad de sensaciones que me producía todo lo que veía hacían que el cansancio no hiciese mella en mis piernas y continué por la Quinta hasta otro emblema(lo de emblema podrá resultar repetitivo pero en una ciudad así….ya sabéis, el Empire State Building, que ya llevaba divisando rato a medida que mis pasos avanzaban por la Quinta. Os diré que la emoción que me produjo llegar a los pies de tan archiconocido edificio fue inmesa….¿otra vez el nudo en la garganta?, ya empezaba a pensar en hacérmelo mirar, jajajaja, pero también os diré que como mejor se aprecia la belleza del edificio es con perspectiva, desde lejos, integrado en el skyline de la ciudad, que no sería tal skyline si se prescindiese de tan magna silueta.



La zona del Empire como no podía ser de otra manera era un constante bullir de turistas, operadores ofreciendo tours, etc así que allí lo dejé tan sereno él entre tanto bullicio a su alrededor y continué camino para aparecer en la Biblioteca, impresionante edificio que no te deja indiferente y pensando en visitarla más adelante ya que hoy se trabajaba de una vuelta de reconocimiento. Gire a la izquierda y rodeándola llegué a Bryant Park, pufff y que deciros, pues que unos de los tesoros de la ciudad a mi parecer son los parques que atesora en su interior y no sólo el parque por excelencia, Central Park, si no multitud de ellos que se me antojan verdaderos oasis, islas de deliciosa tranquilidad en medio de tan bulliciosa ciudad. Bueno pues volviendo a Bryan park, cogí una sillita y una mesa de las tantas que hay, para reposar y admirar lo que se aparecía ante mí, un reducto verde entre inmensos rascacielos de acero, vidrio y cristal , en el que la gente disfrutaba de una multitudinaria clase de yoga (y cuando digo multitudinaria en la foto veréis a que me refiero), y otros simplemente disfrutaban del parque en sí.


Una vez que reposé un poco y observe cual lechuza todo lo que ocurría a mi alrededor, grupos de amigos encontrándose para tomar algo, parejas disfrutando de la cena en el césped, gente leyendo, practicando yoga etc. Me levanté para seguir camino, con próxima parada Times Square muy cerquita de donde me encontraba.
¿Y que me encontré?, pues si venia de un reducto de paz y tranquilidad (con mucha vida por supuesto pero tranquilo para estar en el corazón de Manhattan), aquello era lo más bullicioso con lo que me había topado en mi vida, una abrumadora profusión de luces, pantallas, colores, neones, etc aparecían ante mí, a la vez que miles de personas me rodeaban por todos sitios, me resultó realmente abrumador la cantidad de gente y el bullicio, no pudiendo evitar pensar si esto era así un día de diario normal, cómo podría estar aquello en el día más importante del año para este lugar, la nochevieja, en fin no lo quise ni pensar y tras una vuelta general decidí coger el metro y volver a casa.
El calor era sofocante, ya me lo habían avisado, pero no es que exista una temperatura tan, tan elevada es realmente la humedad, que acrecienta la sensación de calor, la que hace estragos en uno, menos mal que en los vagones del metro el aire acondicionado es una maravilla.
Y tras el trayecto en metro trasbordo incluido,  llegué a mi barrio de Brooklyn ya de noche, mis anfitriones no estaban pero se encargaron de dejarme dicho dónde podía cenar una auténtica hamburguesa que era lo que yo les dije que me apetecía y así lo hice, anduve una calle hasta el 69 burguer y disfruté como una auténtica enana de una megahamburguesa que me devoré con hambre feroz después del largo día que llevaba a mis espaldas.




Volví a casa y tras una ducha me metí en la cama, ahora tocaba procesar todo lo que había visto y vivido en un solo día, desde luego se puede decir que lo tomé con ganas, la cantidad de cosas emblemáticas que ya había tenido ante mis ojos!! Y así como la noche anterior inmensamente feliz y emocionada y tras una mirada al skyline nocturno de Manhattan desde el ventanal de mi habitación, me entregué dulcemente a los brazos de Morfeo.


13 comentarios:

  1. Muchiiiiiiisimas gracias!!!! No lo dudes!!!

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  2. Me encanta, me encanta y me encanta esta seccion, no esperaba menos. Deseando de leer el proximo sabado. Un besazo guaps

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  3. Qué crack!!! Me ha encantado :)) Qué ganas de que me enseñes esa libreta ya toda utilizada!!!

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    1. Jijijijij me sacó de muchos líos los mapitas tan chulos que traen.

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  4. Un buen testamento como me dijiste yo me enamore de Bryant Park ojala tuvieramos en españa lugares asi!!!

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  5. Me encantaaaaaaa!!!!!!!!!!!!muaakkk

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    1. Gracias!!! y eso que tu te lo sabes de memoria!! jajajaja

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  6. Uno de mis sueños... viajar a Nueva York... que bonito

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    1. Ya ves era mi sueño y pude cumplirlo este verano y superó mis espectativas, espero que vayas pronto y que te guste el resto de crónicas del viaje. que quedan más de 20 días aún!!

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